Opinión / Pensamiento Divergente / Mundo Bohemio y la Libertad de los Mapas

9 de abril de 2012

Invisibles en el conflicto vasco

Artículo mental (impulso demoníaco de opinar) transcrito a Reflexiones Digitales: 

Un día después de celebrarse en Euskadi el Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca), leo en El País: "la exhibición de fuerza" de la izquierda abertzale, junto a Eusko Alkartasuna, Alternatiba y Aralar consigue reunir a (una cifra indeterminada de) miles de ciudadanos en Pamplona. Un "hito" histórico tras el cese definitivo de ETA  en el que se reivindica el derecho a decidir "desde las diferencias", pero "todos juntos a favor de la independencia", informa el periódico. Por su parte, el PNV celebra su particular Aberri Eguna en Bilbao. 

Pienso en los términos que se repiten a lo largo del artículo. Por una parte, independencia, ansiada independencia que no sabría calcular desde cuándo se reivindica o algunos reivindican, retrocedo a Sabino Arana, que es cuando se constituye el nacionalismo vasco como tal. Por otra parte, la reconciliación; problemática central tras el cese definitivo de la organización terrorista, denominada por algunos sectores "las consecuencias del conflicto vasco" y campo de batalla política entre partidos y ciudadanos. 

"No hay que prestar tanta atención a los hechos, sino al por qué de los hechos", me aconsejó hace algunos días un gallego, antiguo militante comunista en la época franquista, cuando discutíamos en su tierra sobre la necesaria reforma de un sistema que parece inviable, el peso y la reconversión del sindicalismo en España y cómo los artistas deberíamos cobrar para poder desarrollar nuestro arte mientras otros trabajan. 

Desarticulemos conceptos: independencia y reconciliación

Independencia. Cualquier paseante que visite Mondragón (Gipuzkoa), podrá leer la palabra independencia mínimamente veinte veces y en todo tipo de formato: pintadas, carteles, graffitis, cantos, música, libros...  Nací en Mondragón y cuando me paseo por sus calles, me pregunto si existe alguien que aporte una nueva idea respecto a esta pretensión, legítima en mi opinión, aunque con cauce inadecuado. 

Rebusco en Internet, leo en periódicos y escucho las conversaciones de los ciudadanos, pero en ninguna se indica cuál sería su impacto económico, social y político en Euskadi, bajo qué sistema estatal se articularía, si también sería un estado social y democrático de derecho al estilo resquebrajado de España, y a mí me interesa, cuál sería la posición de Euskadi independiente en la Unión Europea y cómo se sopesaría en sus relaciones internacionales acorde con una política exterior definida desde esa independencia. 


Una de las paradas en el recorrido /Mondragón. J.M


La reconciliación. En este supuesto el recorrido no es válido; no pueden leerse carteles ni pintadas. Percibo un tratamiento centrado en la hostilidad entre víctimas de ETA y etarras. Por supuesto, un vacío humano prioritario que debe llenarse y solucionarse, aunque desconozco cómo: educación en valores, terapias grupales, labores de sociólogos...

Tengo la sensación de que el resto de la ciudadanía queda relegada a un segundo plano, es decir, aquellos que, afortunadamente, no son ni víctimas ni familiares ni etarras ni familiares, se vuelven invisibles en todas las esferas que tratan el conflicto vasco. Mi vecina, parte de mi familia, parte de mis amigas y la mitad de la población en Mondragón no perciben un ápice de atención en el tema de la reconciliación. 

Personas generalmente procedentes de fuera de Euskadi o descendientes de los que llegaron a trabajar a las fábricas, a las que se les ha recordado, independientemente de que nacieran, se criaran y vivieran aquí, que no forman parte de la ciudadanía vasca porque no hablan euskera, no nacieron en Euskadi o no cuentan con descendientes vascos. Personas que se han sentido humilladas, marginadas y excluidas, reduciéndolas a la condición de apátridas; no se sienten parte de la tierra en la que viven ni de la que proceden ellos o sus familiares.   

Pequeños detalles tejen una red de dominio social que sustenta la historia de Euskadi: un determinado día se te llama maqueta porque te niegas a responder en euskera al que sabes no defiende su idioma,  no lo inculca, sino que te coacciona para que lo vomites. De la misma manera que se organiza un taller de costura en compañía de un cartel que clama por los derechos de los presos. No se trata de un problema de defensa de los derechos de los presos, es una cuestión de organizar una mínima actividad, ver el cine al aire libre, y que siempre se incluya ese cartel, creándose una asociación y mezcla de conceptos que silencia a esas personas que no son consideradas vascas, inculcándoles el miedo a hablar porque de hacerlo se les humillará, se les marginará y se les excluirá aún más.

Y yo, harta de ese recorrido, pero enganchada a él, atendiendo a las informaciones, declaraciones de líderes y el ambiente actual en Euskadi, me pregunto si algún día se abordará la modificación completa de la base social en Euskadi para que la independencia se convierta en un derecho legítimamente moral. 

Seas considerado vasco nuevo o viejo, incluso hayas caído en la desgracia de no ser considerado vasco, ninguno de los ciudadanos en Euskadi es capaz de desplegar las alas. No se vuela en la misma dirección y la que se trasluce no convence del todo. Se continúan abordando los mismos temas, desde los mismos puntos de vista, los mismos tabús ejercen las funciones de siempre, sin identificar las mismas voces que acallan las mismas miradas marginadas. Es importante abordar los estragos de la guerra civil, el derecho a decidir y la reconciliación, pero debería prestarse atención a determinar y analizar cuál es el cúmulo real de todos esos factores, en qué consiste el verdadero conflicto vasco, cuál es su dimensión real y cómo afecta a la ciudadanía en su conjunto, a toda ciudadanía me refiero, sin entumecerse en parámetros de identidad clasistas o lingüísticos.

Tal vez, a eso se atienda cuando se alcance la ansiada libertad. Dentro de x años. Si es que ocurre.

Una realiza ese recorrido en absoluto silencio, una y otra vez, piensa y piensa durante años, muchos años, hasta que un día el miedo ya no paraliza y dedica todos sus esfuerzos a escribir este tipo de artículos que son opiniones humildes, sin intención de herir ni insultar, 
pero sí provocar conciencias en los dos o tres lectores que lo leerán.

6 comentarios:

  1. Valiente por hablar de lo que todos callan y la mayoría niegan!! Zorionak!

    Miren

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    1. Los tiempos de silencio acabaron y es necesidad alzar la voz; ))

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  2. Una opinión muy respetable basada en las experiencias vividas y/o las que está viviendo en estos momentos. El uso de términos como la Independencia y la Reconciliación, un tanto subjetivos en los tiempos que corren, donde ni los derechos básicos de los ciudadanos de este país son respetados. Donde el pueblo no tiene el derecho a decidir su propio futuro. Donde los políticos están en la cárcel por hacer política, por tener sus propias ideas e ideologías. Donde se crean leyes exclusivas para presos políticos y estas se modifican cuando lo consideran conveniente. Donde los que defienden sus propios derechos, cultura e idioma son identificados como terroristas. Donde todos callan y la mayoría niegan, tanto los de un lado como los del otro.

    Ojalá pronto llegue el momento de poder hablar de estos términos sin tener que juzgar ni acusar al que piensa diferente a nosotros...

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    1. Hola¡comparto algunas cosas contigo. La legislación antiterrorista vulnera derechos humanos, no se puede negar, yo no crítico eso, sino la mezcla de conceptos que conlleva una hegemonía ideológica, eso es antidemocratico. No estoy de acuerdo en que quien defiende el euskera y la cultura euskalduna sea tratado como un terrorista, lo que sí denuncio es un uso linguisticamente político del euskera. Todos callamos y negamos. Por eso escribimos.
      Bienvenido seas a éste blog.
      Pretendia expresar los sentimientos callados de una parte de la población en mondra, es real, no lo invento yo, nace como resultado de una opresión por los q dicen ser oprimidos, es incoherente, injusto. Si es época de verdades, que sea completa y no parcial.
      Humilde opinión por supuesto.
      Saludos

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  3. Instante:
    Si pudiera vivir nuevamente mi vida. En la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios. Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora. Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas; Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante. Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

    (Autoría aún no determinada)

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    1. Determine entonces su autoría en sus últimos momentos de vida :P Instantes puedes ser infinitos, ínfimos, insensatos o intensos, el resultado del cúmulo de todos ellos será el que establezca si hemos vivido o no. Tengo 26 años, continúo viviendo, no cambiaría ninguno de los momentos de mi vida y aún me quedan muchos sitios por conocer.
      :))

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